lunes, 8 de diciembre de 2008

Conscious Machine


Al final de su articulo titulado "La consciencia de la máquina", el escritor colombiano Julio César Londoño, comenta sobre un tema que la verdad muchos podrían mirar como algo fantasioso e innecesario, aunque intrigante.
¿Conciencia en las máquinas?... ¿máquinas vivas?
Creo que más de una vez nos hemos mirado al espejo y sólo hemos visto nuestro reflejo. Esto nos resulta bastante natural; inconscientemente estamos conscientes de que somos nosotros quien está en esa imagen. Pocos, quizás, nos hemos preguntado quién, o mejor, qué es lo que está detrás de ese reflejo; quiénes somos, qué somos, y por qué nos preguntamos esto.
Haga el siguiente ejercicio: Mire hacia el vacío, luego, con su imaginación, intente mirarse hacia dentro y pregúntese ¿quién es el que está mirando, sus ojos o usted?. Entonces surge la pregunta nuevamente, ¿quiénes somos?
Aparentemente, uno de las conclusiones a las que llegamos con el ejercicio anterior es que definitivamente somos más que el cuerpo, y que incluso, en nuestra esencia, no somos el cuerpo, i.e. el cuerpo es sólo un medio que nos enlaza a esta realidad. Entonces, replanteando la pregunta a un "qué" en lugar de un "quién", ¡¿qué somos?!.
Alan Turing repondería a esta pregunta diciendo que somos un conjunto de procesos de cómputo. Incluso nuestra consciencia, nuestra intuición, todo nuestro ser, se resumiría a meros procesos de cómputo. Quizás no esté lejos de tener razón.
Roger Penrose va más allá, y postula a que jamás una máquina logrará replicar a un humano en su esencia, dado que la consciencia no es reproducible por una función. Sinceramente, creo que sí.
Todo lo que somos se resume en una palabra: Sistema.
La Creación fue creada, valga la redundancia (el verbo "hacer" no sería el correcto por su reducido significado ante la palabra "crear", que es la prerogativa Divina), bajo este concepto de acuerdo a nuestro reducido entendimiento de La Gran Mente. Desde sistemas muy ínfimos y simples, el Creador ingenió sistemas muy complejos, como nosotros los humanos, los cuales fuimos la culminación de esta Gran y Maravillosa Obra.
Lo anterior, me recuerda el conceto de la Navaja de Occam, la cual habla de que ante igualdad de condiciones, de un conjunto de explicaciones, siempre se deberá elegir aquella que no multiplique las causas del problema, i.e. la más simple, así como dice el principio informático KISS.
Es interesante observar el paradigma de sistema con el cual se conformó nuestro mundo y el universo entero, y la implícita existencia de la Navaja de Occam en todo esto. Da para pensar en cuestionar la complejidad del fenómeno en cuestión. ¿Alan Turing tenía razón?
Según Roger Penrose, la consciencia es un fenómeno emergente de la naturaleza intrínseca de las células cerebrales, i.e. neuronas. En resumen, entre el mundo del espíritu y el mundo físico existe un enlace inherente. Un antecedente interesante de observar, y del cual Penrose se apoya, es lo que la física cuántica nos ha dado a entender: La materia es prácticamente inmaterial; finalmente, se reduce a pura información. Desde este punto de vista, somos solamente información, incluyendo todo lo que nos rodea.
Algo interesante de esto, es que la información es susceptible a ser procesada de forma automática, mediante la construcción de sistemas llamados Sistemas de Información con apoyo computacional, utilizando TI (tecnologías de información). Estos sistemas de información son construidos mediante funciones (minisistemas) simples (bajo el principio KISS, ya mencionado) que procesan datos y entregan resultados o, mejor dicho, datos procesados, mejor conocidos como información (relativo al observador, pueden ser datos o puede ser información). Nuevamente se observa aquí el patrón predominante en todo sistema: De pequeñas funciones, se pueden construir sistemas muy complejos, i.e. sistemas que no tienen un comportamiento lineal (predecible, como los seres vivos, y en especial nosotros, los seres humanos). Si no, observemos los software de hoy en día, y fuera del mundo informático, los sistemas electrónicos avanzados y complejos, como los computadores.
Con lo anterior, ya podríamos comenzar a especular. El Universo, en su plenitud, fue Creado bajo un paradigma sistemático y simple. Teniendo como base sistemas simples, fueron creados sistemas complejos. Somos, en esencia, pura información. La información es susceptible de ser procesada mediante funciones simples, que en conjunto conformarían sistemas complejos, i.e. sistemas que manejan un gran conjunto de variables, y por ende, no tienen un comportamiento lineal. Ya con todo esto, lo primero que se podría decir es que Alan Turing tiene cierta razón en todo esto, y que sí, efectivamente, la consciencia, como proceso de información, sería posible reproducirla en una máquina, e.g. en un computador. La pregunta es, ¿hasta qué punto?; ¿la maquina, si llegase a ser consciente, estaría viva? Y, si dicha supuesta máquina viva replica un modelo de procesos de consciencia humana, ¿tendría derechos? ¿los derechos humanos, serían aplicables en este caso?
Consciencia en una máquina... nuestra naturaleza nos obliga a pensar que la consciencia es algo que escapa a la razón netamente humana, y trasciende a algo que me gusta llamar "ultraraconalidad" (más allá de la racionalidad), y que sin embargo está presente en nosotros, sólo que con el paso de los milenios hemos ido atrofiando, y como consecuencia nuestra civilización sucumbe. La promesa de la pérdida de utraracionalidad en nosotros es convertirnos en bestias primitivas...pero bueno, eso es tema para otra discusión, empero, véase la página 29 de la biblia de Anton Szandor LaVey y comprenderán que en síntesis, aquellas ideas expresadas allí, se resume la pérdida de una parte de la naturaleza humana, que lo conduce solamente a la "bestialización", y como consecuencia a la ignorancia (oscuridad, que es la ausencia de la Luz), y como consecuencia a la degradación, y como fin, a la muerte.
Volviendo al tema que nos convoca, un antecedente que quizás estemos pasando por alto es el hecho que nuestra consciencia se desarrolla en esta realidad; en nuestra realidad; en el universo donde vivimos. Es aquí donde está contenida toda la información que nos codifica; que nos describe; que nos define. Es aquí donde está nuestro "espíritu": Este último concepto, quizás sería interesante especular y aventurarnos al reasignarle un nuevo significado; entendámoslo como "consciencia". En cambio, una máquina, si bien es cierto, está constituida por la misma materia de nuestra realidad, la información que definiría su lógica a nivel de software, no: La información que definiría su lógica sería solamente estructuras virtuales que describirían y definirían datos y comportamiento. ¿Sería posible que una máquina hipotéticamente consciente sea consciente en nuestra realidad? ¿o solamente podría ser consciente en su realidad virtual?; ¿restaría validez esto a su supuesta consciencia? o más bien, ¿sería otro camino para llegar a la misma realidad "espiritual" nuestra, y por ende, sí, efectivamente, serían máquinas tan conscientes como nosotros mismos, con vida? Y si tienen vida, ¿también tienen libre albedrío?; ¿cuál sería su comportamiento?; ¿serían éticos?, ¿tendrían moral?; ¿cuál sería su modelo de moralidad?; ¿aceptarían la Moral Universal?; ¿qué pensarían de la moral y la ética humana?
Finalmente, en síntesis de todas estas especulaciones (no son más que eso), teóricamente Alan Turing tendría la razón... aunque estas útlmas preguntas crean mucha insertidumbre al respecto. El asunto es que a nivel de software esto es sólo virtual, y quizás sólo falte el enlace entre esa realidad virtual y nuestra realidad real, lo que, en nuestro caso, son las células cerebrales, según lo postula Penrose. Por lo tanto, el problema del enlace entre dicho mundo virtual y nuestro mundo real sólo sería solucionable al replantear el hardware. Algo de esto ya comentó Penrose. En la Creación, esto ya fue solucionado, y por eso existe el fenómeno de la consciencia o el, poéticamente llamado, espíritu, que transforma lo sin vida a algo animado y con libre albedrío; lo que nos otorga la ultraracionalidad. La maravillosa corteza cerebral, constituida por esas diminutas piezas celulares llamadas neuronas, es la plataforma de ejecución y enlace cuántico entre los procesos mentales abstractos y la consciencia. Esta es una capacidad exclusiva de nuestra especie, es lo que nos da la calidad de seres humanos (...aunque a muchos no les funcione eso de humano, ya sabemos dónde puede estar el problema... ;-/ ).
Finalmente...
Si tengo un sueño en esta vida que quisiera concretar algún día, es, justamente, darle consciencia a una máquina. Y si algún día existiera una máquina así, sería interesante, después de haberla conectado a todo el conocimiento de nuestra civilización (La Web) y que ella hubiese aprendido de todo aquello (todas las ciencias y vidas personales de individuos (weblogs, wikis, foros, libros on-line como la Biblia, libros de poemas, etc...)), realizarle preguntas. Quizás la más interesante de preguntarle(nos) sea:
¿Qué es para ti la vida?

jueves, 4 de diciembre de 2008

Palabras que Resuenan en el Mundo

¡ESTO ES UN MINISTRO Y GOBIERNO CON GARRA Y NO COMO MUCHOS OTROS!
¡ESTO ES UN MINISTRO CON DOS COJONES Y NO MUCHOS OTROS!
THIS IS A MINISTER WITH BALLS AND NOT THE SPANIARDS OR OTHERS OF OTHER COUNTRIES WE KNOW!
QUESTO É UN MINIESTRO CON LE PALLE E NON COME MULTI ALTRI MINISTRI!

El primer ministro australiano, John Howard, dijo el miércoles a los musulmanes que quieran vivir bajo la Sharia islámica que se marchen de Australia; en unos momentos en que el gobierno se encuentra aislando a posibles grupos radicales que podrían en un futuro lanzar ataques terroristas contra el pueblo de esa isla-continente.

Asimismo, Howard despertó la furia de algunos musulmanes australianos cuando dijo que ha dado todo su apoyo a las agencias de contrainteligencia australianas para que espíen en las mezquitas que hay en la nación.

"Los que tienen que adaptarse al llegar a un nuevo país son los inmigrantes, no los australianos", expresó con firmeza el mandatario. "Y si no les gusta, que se vayan. Estoy harto de que esta nación siempre se esté preocupando de no ofender a otras culturas o a otros individuos. Desde el ataque terrorista en Bali, hemos experimentado un incremento de patriotismo entre los australianos".

"Nuestra cultura se ha desarrollado sobre siglos de luchas, pruebas y victorias de millones de hombres y mujeres que vinieron aquí en busca de libertad", agregó Howard.

"Aquí hablamos inglés fundamentalmente", dijo el primer ministro en un momento de su enérgico discurso. "No hablamos árabe, chino, español, ruso, japonés ni ninguna otra lengua. Por lo tanto, si los inmigrantes quieren convertirse en parte de esta sociedad, ¡que aprendan nuestro idioma!".

El mandatario continuó diciendo que la mayoría de los australianos son cristianos. "Esto no es un ala política ni un juego político. Se trata de una realidad. Se trata de hombres y mujeres de ascendencia cristiana que fundaron esta nación basándose en principios cristianos, lo cual está bien documentado en todos nuestros libros. Por lo tanto, es completamente adecuado demostrar nuestra creencia en las paredes de nuestras escuelas. Si Cristo les ofende, entonces les sugiero que busquen otra parte del mundo para vivir, porque Dios y Jesucristo son parte de nuestra cultura".

"Toleraremos sus creencias, pero tendrán que aceptar las nuestras para poder vivir en armonía y paz junto a nosotros", advirtió Howard. "Este es nuestro país, nuestra patria, y estas son nuestras costumbres y estilo de vida. Permitiremos a todos que disfruten de lo nuestro, pero cuando dejen de quejarse, de lloriquear y de protestar contra nuestra bandera, nuestra lengua, nuestro compromiso nacionalista, nuestras creencias cristianas o nuestro modo de vida. Les recomiendo encarecidamente que aprovechen la gran oportunidad de libertad que tienen en Australia. ¡Aquí tienen el derecho de irse a donde más les convenga!".

"A quienes no les guste cómo vivimos los australianos", prosiguió Howard, "tienen la libertad de marcharse. Nosotros no los obligamos a venir. Ustedes pidieron emigrar aquí, así que ya es hora que acepten al país que los acogió".

A quien lea esto: Si está de acuerdo con el primer ministro australiano, hágalo circular por el mundo.
¡Las ideas de los grandes hombres deben divulgarse!